Iglesia
Historia
Ocho Siglos de Historia, Transformaciones y Resiliencia
La iglesia de Valderrobres tiene una historia marcada por siglos de construcción, reformas y restauraciones. Todo comenzó a finales del siglo XII, tras la Reconquista, cuando se levantó un primer templo, probablemente románico, del que no quedan restos. En 1307, el Arzobispado de Zaragoza tomó el control y decidió construir una iglesia gótica más grande. Las obras arrancaron en 1314, impulsadas por el arzobispo Pedro Lope de Luna, pero la peste las frenó en 1348. Se retomaron en 1390 bajo el liderazgo de García Fernández de Heredia, quien amplió el templo y planeó un campanario. Sin embargo, su asesinato en 1411 interrumpió sus planes. Benedicto XIII (el Papa Luna) envió esclavos sarracenos para continuar la obra, que no se terminó hasta los años 1430 con el arzobispo Dalmau de Mur.
En los siglos siguientes, la iglesia sufrió deterioro, especialmente en su tercer tramo, que acabó derrumbándose en 1877. La Guerra Civil de 1936 empeoró la situación, con saqueos y destrucción de retablos y capillas. En 1965, la comunidad local, liderada por el párroco Vicente Hostaled, restauró el templo, recuperando su esencia gótica. Finalmente, en 2006, tras años de gestiones, la Asociación Repavalde impulsó la restauración del tercer tramo, completada en 2009.
Hoy, la iglesia de Valderrobres sigue siendo un emblema del gótico aragonés y un símbolo de la historia y cultura del pueblo.

La iglesia de Valderrobres es un imponente templo gótico de una sola nave con tres tramos y capillas laterales. Su ábside de siete lados se cubre con una bóveda de ocho nervios, destacando en su clave la imagen de Santa María la Mayor con dos ángeles. Entre sus elementos más emblemáticos está el gran Cristo en la cruz, esculpido por Paltor Voltá en 1965, y el altar, un monolito de cuatro metros y nueve toneladas, trasladado por los propios vecinos desde la ladera del castillo.
El primer tramo se cubre con una bóveda de crucería sencilla y alberga la tribuna privada del arzobispo, conectada con el castillo. Aquí también encontramos un rosetón de tres metros con una fina tracería gótica. En el segundo tramo, además de su bóveda similar, destaca el gran rosetón de seis metros sobre la portada, uno de los símbolos más reconocibles del templo. Desde este tramo arranca una escalera helicoidal que lleva a la tribuna y al tejado.
El tercer tramo, recientemente restaurado, recupera su estructura original y mantiene su impresionante rosetón flamígero, que resistió incluso durante la época de ruina. En el exterior, sobresale la torre del campanario, de planta octogonal, y la majestuosa portada con once arquivoltas decoradas con escenas bíblicas, diseñada con un propósito didáctico para ilustrar la nueva alianza entre Dios y los hombres.

Portada
Está formada por once arquivoltas en degradación, rematada con un gran rosetón y decorada con relieves: la historia de Noé y los profetas en los capiteles, la Anunciación y dos oferentes en las estatuas grandes, escenas del ciclo navideño sobre las anteriores y todo tipo de figuras en los canecillos.

Campanario
Se trata de una sólida construcción muy de estilo mediterráneo, prismática y rematada en terraza almenada. Primitivamente la iglesia contaba solo con una espadaña y el campanario, tal como se aprecia desde el exterior, fue añadido en los primeros años del siglo XV, por lo que tapona algunas ventanas.

Sacristía
La primitiva sacristía de la iglesia se encontraba en la capilla central del ábside y el espacio entre contrafuertes. En el siglo XVIII se añadió una amplia sacristía adosada al lado derecho de la cabecera. Por el exterior muestra algunos relieves relativos a la tentación y la penitencia y en su interior conserva los elementos del culto.

Tribuna
Es el elemento más original de esta iglesia. Se construyó sobre la capilla lateral del lado norte y destaca por la magnífica tracería gótica que la separa de la nave del templo y por la excelente decoración. Era la capilla privada del arzobispo y también se utilizó como sala para las reuniones del capítulo eclesiástico.
Actualmente alberga la cruz de plata dorada realizada a mediados del siglo XVI por el orfebre Juan de Orona. Un vídeo explica su composición.

Pasadizo
Como el castillo y la iglesia pertenecían a un mismo señor: el arzobispo de Zaragoza, ambos edificios se comunicaron a través de un pasadizo que conectaba el castillo con la tribuna y esta con la iglesia. En el siglo XIX, tras las desamortizaciones, el pasadizo fue bloqueado por ambos lados, hasta que en 2020 se reconectaron ambos edificios.

Retablo
La iglesia de Valderrobres contaba con varios altares y retablos, que fueron destruidos en 1936. El más destacado de ellos era el del altar mayor, encargado por el arzobispo Hernando de Aragón al pintor Jerónimo Vallejo.
Gracias a una fotografía en blanco y negro de 1919, ha sido posible su reconstrucción visual a través de un video-mapping que se proyecta en el hastial del templo

Restauración
En 2003, los vecinos de Valderrobres fundaron la Asociación Repavalde para restaurar la iglesia el tercer tramo del templo, que al amenazar ruina se había demolido en 1877, dejando el templo acortado. En 2004, su campaña logró 7.154 firmas y el respaldo de las Cortes de Aragón, el Arzobispado y Patrimonio, asegurando el inicio de las obras, en las que se invirtieron 1,2 millones de euros en restaurar el tercer tramo, arreglar las cubiertas y consolidar las fachadas